Dado que el nivel de comprensión y experiencia en relación con la sinodalidad probablemente difiere en toda la diócesis, se pueden ofrecer talleres de formación para orientar a las personas sobre la sinodalidad y dotarlas de habilidades básicas para los procesos sinodales. Dichas habilidades incluirían la realización de reuniones de consulta sinodal, y esta formación básica es en sí misma un valioso resultado del actual Proceso Sinodal.
La sinodalidad implica a menudo el aprendizaje de nuevas formas de relacionarse, incluida la forma de escucharse y de llevar a cabo las reuniones de grupo. A veces, nuestras prácticas actuales pueden no coincidir del todo con los principios de la sinodalidad y, por lo tanto, serían contraproducentes para un camino auténticamente sinodal. El modo sinodal de "caminar juntos" implica la igualdad de oportunidades de participación, una auténtica consideración de la voz de cada persona, especialmente de las marginadas, el discernimiento espiritual en la oración, la escucha atenta, el intercambio reflexivo, la apertura a la diversidad, la reciprocidad, la confianza mutua y la paciencia amorosa.
El Apéndice B del Vademécum ofrece un esquema de cómo puede desarrollarse una típica reunión de consulta sinodal. Lo más importante es adoptar métodos adecuados que faciliten la escucha atenta, el intercambio genuino y el discernimiento espiritual comunitario. Un método que promueve estas actitudes es la Conversación Espiritual. A continuación encontrarás una breve descripción del proceso de la Conversación Espiritual que puedes adaptar a tu grupo.