Presentación del itinerario sinodal aprobado por el Santo Padre Francisco en la audiencia concedida al Cardenal Secretario General del Sínodo de los Obispos, en fecha 24 de abril de 2021.
Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión
XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
1. “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra «Sínodo». Caminar juntos —laicos, pastores, Obispo de Roma— es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es tan fácil ponerlo en práctica” (Discurso del Santo Padre Francisco en la Conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, 17 de octubre de 2015). Por eso la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos tendrá como tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
2. Efectivamente, la sinodalidad nos remite a la esencia misma de la Iglesia, a su realidad constitutiva, y se orienta a la evangelización. Es un modo de ser eclesial y una profecía para el mundo de hoy. “ Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo" (1 Cor 12, 12). Es lo que San Agustín denomina el Cristo Total (cf. Sermón 341), cabeza y miembros en unidad indivisible, inseparable. Solo desde la unidad en Cristo cabeza tiene sentido la pluralidad en los miembros del cuerpo, que enriquece a la Iglesia, superando cualquier tentación de uniformidad. Desde esta unidad en la pluralidad, con la fuerza del Espíritu, la Iglesia está llamada a abrir caminos y, también, a ponerse ella misma en camino.
3. El Sínodo de los Obispos es el punto de convergencia del dinamismo, de escucha recíproca en el Espíritu Santo, llevado a todos los ámbitos de la vida de la Iglesia (cf. Discurso del Santo Padre Francisco en la Conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, 17 de octubre de 2015). No es solo un evento, sino un proceso que implica en sinergia al Pueblo de Dios, al Colegio episcopal y al Obispo de Roma, cada uno según su función (cf. Alocución del Cardenal Mario Grech al Santo Padre en el Consistorio para la creación de nuevos cardenales, 28 de noviembre 2020).