Discurso del Cardenal Grech sobre el Concilio Vaticano II y el proceso sinodal
El Cardenal Mario Grech intervino esta mañana en la apertura de las celebraciones del 250 aniversario de la Universidad Pontificia Lateranense con una Lectio Magistralis sobre el Concilio Vaticano II y la sinodalidad. Para el Secretario General del Sínodo, el actual proceso sinodal es un "fruto maduro del Vaticano II" y muestra cómo "una correcta recepción de la eclesiología conciliar está activando procesos tan fecundos como para abrir escenarios que ni siquiera el Concilio había imaginado y en los que se manifiesta la acción del Espíritu que guía a la Iglesia".
Deteniéndose en los próximos pasos del proceso sinodal en curso, el cardenal explicó por qué el Documento para la Etapa Continental será enviado a las Iglesias locales, explicando al mismo tiempo el concepto de "Restitución". "Si la dimensión profética reside en el Pueblo de Dios -la totalidad de los bautizados (cf. LG 12)- y el primer acto de la Iglesia es la escucha, entonces es precisamente al Pueblo de Dios al que hay que devolver el resultado de esa escucha. Y como el Pueblo de Dios vive en las Iglesias, el Documento debe ser enviado a las Iglesias".
Para el Secretario del Sínodo, este importante acto eclesial "no es ni una concesión ni una deferencia a los que están al margen de un proyecto; no es un gesto de bon ton para ganar alguna simpatía o algún consenso barato; ni siquiera un informe – más bien una manera de rendir cuentas - a alguien que reclama el derecho a saber. Es un acto eclesial puramente sinodal, que refleja en la circularidad del proceso la "interioridad mutua" que existe entre las Iglesias particulares y la Iglesia universal". En definitiva, para el cardenal Grech, el envío del Documento para la Etapa Continental a las Iglesias es "un acto debido".
Por último, el Secretario General concluyó su discurso con el deseo de que "la Iglesia siga viviendo el proceso sinodal en la lógica de la escucha de Dios y de los demás, del Espíritu en los otros... Si hay una disposición que los Padres Conciliares vivieron y transmitieron a la Iglesia como herencia, es la de escucharse unos a otros para oír lo que el Espíritu dice a la Iglesia".